Como si fuera una miembro real más, Meghan Markle en días pasados visitó el Children’s Hospital Los Ángeles, con la finalidad de apoyar una campaña de recaudación de fondos que busca ayudar a los niños enfermos. Allí compartió, río y leyó con los niños, mientras los hacía pasar un momento agradable. Aunque el gesto ha sido muy bien visto por las personas y los internautas, expertos reales alegan que esta salida de ella y un acto que hizo en el hospital habría sido una burla hacia Kate Middleton y la monarquía británica.
Según los expertos, la duquesa de Sussex parecía deleitarse con la libertad que tenía al estar con los niños, algo que nunca pudo tener la duquesa de Cambridge al estar unida como miembro activo de la realeza.
El acto que habría causado que las personas creyeran que Meghan se estaba burlando de Kate fue haber firmado autógrafos a los niños, que con una gran sonrisa estaban felices de tenerla cerca. Esto recordó el incidente que tuvo la esposa del príncipe William en su visita al pícnic infantil de Chelsea Flower Show el año pasado, en donde tristemente debió rechazar firmar su nombre para los menores.
‘Mi nombre es Catalina y no puedo firmar, esta es simplemente una regla más‘, expresó Kate Middleton en aquella ocasión. La comparación entre las dos salidas de las dos mujeres da a entender que Meghan habría logrado, tal vez sin quererlo, recordar lo normal que es firmar un autógrafo y lo ridículo que sigue siendo la monarquía británica, lo que ha destacado comentarios como: ‘Esta regla de los autógrafos es un claro recordatorio de lo ridículo, mohoso y brumoso que puede ser todavía el Palacio‘.
Según los expertos, la duquesa de Sussex parecía deleitarse con la libertad que tenía al estar con los niños, algo que nunca pudo tener la duquesa de Cambridge al estar unida como miembro activo de la realeza.
‘Mi nombre es Catalina y no puedo firmar, esta es simplemente una regla más‘, expresó Kate Middleton en aquella ocasión. La comparación entre las dos salidas de las dos mujeres da a entender que Meghan habría logrado, tal vez sin quererlo, recordar lo normal que es firmar un autógrafo y lo ridículo que sigue siendo la monarquía británica, lo que ha destacado comentarios como: ‘Esta regla de los autógrafos es un claro recordatorio de lo ridículo, mohoso y brumoso que puede ser todavía el Palacio‘.